lunes, 11 de febrero de 2008

Saul Bass







En el pasillo la alarma nos avisa de que la sesión comenzara en breves instantes. Se inicia el ritual. Tomamos asiento, las luces se apagan, la película abre con los títulos de crédito. Durante un minuto y medio o dos, sobre la pantalla aparecen los nombres del equipo artístico y técnico. Cierra con "dirigido por".

Algunos espectadores pueden pensar que esos minutos son minutos prescindibles, después de todo antes de entrar al cine ya sabemos qué actores participan o quién es el director y, ¿a quién le interesa quién es el director de fotografía o el compositor?.
Aparte de la necesaria información que esos minutos aportan, ¿son "prescindibles"?.

El extraordinario diseñador gráfico Saul Bass, a lo largo de su dilatada carrera, demostró que también en el cine la primera impresión es la que cuenta.

Bass, que había estudiado diseño gráfico en la Universidad de Nueva York, llega a Hollywood a mediados de los años cuarenta para incorporarse al departamento de publicidad de la Warner. Allí trabajo en el diseño de los carteles publicitarios de algunas de las producciones del estudio. Normalmente los carteles se diseñaban utilizando el gancho que los actores principales tenían sobre los espectadores, lo normal era utilizar retratos de las estrellas con el fondo estático de algún decorado natural o artificial que apareciese en la película y el resultado final podía ser un elaborado trabajo que no hacía referencia a la historia en cuestión.

Toda la moderna concepción del diseño de carteles de cine y de los títulos de crédito tiene su base en los trabajos de Bass. Con él, esos escasos minutos dejan de ser un anexo prescindible pero ineludible antes de la película propiamente dicha, cuando Bass entra en acción es él quien inicia la película.
Es de destacar el papel que este artista dio a la música dentro de su trabajo. Comprendió y supo utilizar mejor que muchos directores las posibilidades emocionales de la imagen unida a la música hasta el punto que ésta forma parte indivisible de los títulos de crédito que diseñó. Como si de una pequeña película se tratase música e imagen se conforman como una unidad total. Normalmente, en estrecha colaboración con el compositor del score, prepara psicológicamente al espectador y "simboliza y resume" (lema favorito de Bass) la historia que introduce y de la que es parte integrante.